Era obvio que, después de tantos años de cobrarnos precios desproporcionados por sistemas operativos que no los valían, de pronto pasan a regalarnos su última creación después de meses, sino años, de trabajo de muchas personas; era más que obvio que tenía que haber algo, alguna trampita.
No se si se han dado cuenta que Windows 10 está todo el tiempo conectándose a internet e intercambiando vaya a saber qué datos. Por lo menos se conecta una vez al poco tiempo de arrancar, siempre. Y se actualiza casi constantemente. Digamos que por lo menos una vez a la semana - en realidad es más seguido - baja alguna que otra actualización.
Windows 10 ha pasado a ser el dueño de nuestros ordenadores, se puede disminuir un poco ese control cambiando alguna que otra configuración, no obstante seguirá haciendo lo que sabe hacer: buscar software ilegal, software crackeado y los cracks que podamos tener almacenados en algún lugar de nuestro ordenador, y - por lo menos - informarlo a alguien.
Si Windows 10 detecta un Office trucho - por así decirlo - está bien, porque dentro de todo está protegiendo los derechos y los intereses de MS; pero detectar otros programas crackeados e inutilizarlos, allí está el nuevo negocio de MS.
Imaginemos este supuesto, Una empresa C regala un S.O. para que millones de usuarios lo tengan instalado en sus ordenadores, borrando, eliminando el S.O. anterior. Otra empresa A desarrolla software que es usado por millones de usuarios en todo el mundo, de los cuales más de la mitad lo usan ilegalmente causando a A enormes pérdidas; una tercer empresa B hace también software y tiene el mismo problema. Pero luego aparece C y les dice a A y a B que puede encargarse de que cada usuario en el mundo deje de poder utilizar su software ilegalmente, obligándolo a pagar por él si realmente desea o necesita seguir usándolo; todo a cambio de una interesante cantidad de dinero pero que resulta menor a las pérdidas ocasionadas por la piratería.
La empresa A accede y paga lo solicitado, entonces C bloquea el uso gratuito e ilegal del soft de A y obliga a los usuarios a pagar por él. B no acepta y continúa perdiendo millones al año por la piratería. El caso de A se hace conocido y empresas como D, E, F y muchas más le pagan a C para que se encargue de controlar la piratería, y lo logra.
Todas las empresas ganan, menos B que no accedió a pagar a C lo solicitado. C puede seguir regalando su S.O. porque recupera millones con lo cobrado a A, D, E, F, etc.
Microsoft está regalando Windows 10 para que millones de usuarios lo instalemos, luego viene el control del soft pirata. Lo "trucho" deja de andar a las pocas semanas.
Microsoft ha encontrado la manera de penetrar en el mercado de una manera nunca antes vista. Está regalando su flamante S.O. que además viene a mejorar el Windows 8.1 que nunca llegó a conformar a los usuarios. Todos estamos instalando Windows 10, y las noticias de problemas con soft o juegos pirateados comienzan a multiplicarse en la red. Windows 10 de pronto se ha convertido en un justiciero.
CONTINUARÁ
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